1. Amargo Sabor de Rosas - Colombiana

2. Luna de Plata - Alegrías

3. Recuerdos (Dedicado al Maestro Antonio Osuna) - Soleá

4. Aljibe - Bulerías

5. Palosanto - Seguiriya

6. Buscando Amores - Taranta

 

 

En 1984 el guitarrista Manolo Franco logró el primer Giraldillo del Toque que otorgaba la Bienal de Flamenco de Sevilla en su tercera edición; dos años más tarde apareció su primer disco como concertista: Aljibe. Esta grabación editada por Pasarela presentaba a un joven guitarrista poseedor de una depurada técnica y un amable sonido en el que se explicitaban tradición y sensibilidad por nuevas corrientes que estaban marcando el rumbo de la guitarra flamenca. Un vinilo con sólo seis toques que resultaron suficiente para vislumbrar la calidad atesorada por el guitarrista sevillano, su inteligencia y sensibilidad a la hora de componer piezas como la colombiana Amargo sabor de rosas y la taranta Buscando amores, reafirmándose el tocaor en flamencura con la seguiriya Palosanto y la trepidante bulería que daba título al disco. Eran las bazas como concertista de un guitarrista que ya destacaba como acompañante al cante y al baile, en un periodo en el que estaban en pleno apogeo en estos menesteres magistrales artistas. Un año el de Aljibe en el que apareció el trascendental disco Juego de niños, del también sevillano Rafael Riqueni.

 

Desde aquellos primeros años de los 80 Manolo Franco tuvo claro el camino que debía seguir su carrera artística, prodigándose sobre todo en el acompañamiento, sin dejar de lado su faceta como solista, en la que sigue demostrando una innata capacidad para equilibrar virtuosismo, armonía, creatividad y tradición sonora, sin descuidar la compostura expresiva. En este artista se interrelacionan las dos facetas de la guitarra de manera brillante, pudiéndosele apreciar construcciones compositivas usuales en el concierto adaptadas al acompañamiento del cante; de ahí sus sugerentes preludios y los pasajes de falsetas ejemplares que suele desarrollar, aplicando enriquecedoras armonías en perfecta trabazón argumental; una aportación que amplifica el interés musical que motiva el cante.

 

Parece que el tiempo no hubiera pasado por la obra de Manolo Franco, porque aquellas primerizas composiciones de Aljibe vuelven a reeditarse y estar de actualidad, pero en esta ocasión con una clara intención didáctica gracias a la transcripción en cifrado y solfeo de cada uno de los toques registrados. La natural progresión que ha tenido el guitarrista hace que el disco de 1986 pueda ser considerado sólo como un punto de partida, pero en el que se hallan muchas de las claves que han hecho de Manolo Franco un tocaor de referencia para los jóvenes, siendo respetado y admirado por los de su generación.

 

                                                                                                                                                                                       Francisco Martínez 2008 (ElDía DECÓRDOBA)